Abstract
En los últimos 30 años la metrópolis de Madrid ha duplicado su superficie urbanizada a un ritmo que, hasta el momento en que se hizo ineludible la actual crisis financiera, alcanzó las 500.000 viviendas anuales. Un crecimiento que ha agotado en buena medida las reservas de suelo de las que en gran parte de la adaptabilidad futura de la ciudad, tal como ha sido entendida hasta el momento.